La palabra UNIVERSO viene del latín Universus que, a su vez, proviene de UNUS (uno) y VERSUS (girado, convertido).La palabra UNUS expresa un INTEGRAL UNIFICADO que no admite división: la singularidad infinita sin ubicación en el espacio-tiempo, de donde todo emerge, se une, gira y se convierte. Podemos deducir, entonces, que El UNIVERSO ES UN UNO que no permite división, es todo lo que hay pues es una Totalidad.
Es fácil comprender que solo puede haber UNA Totalidad, UN Todo, sencillamente porque ese TODO, por estricta definición, engloba inevitablemente a absolutamente todo lo que ES, todo lo que EXISTE.
Sin embargo, TODO LO QUE ES NO NECESARIAMENTE EXISTE, porque existir es la expresión del Ser, y todo lo que ES, no está forzosamente manifestado aun.
Haciendo a un lado por el momento los conceptos de espacio-tiempo, lo que aún está in-manifestado se encuentra en un estado latente, como posibilidad inevitable de manifestarse. Además, cuando se manifieste, obligatoriamente deberá manifestarse involucrado, unido, equilibrado y conjugado en el mismo Todo o Universo.
El Todo, la Totalidad, por definición, necesariamente debe contener todo lo que es y existe y esto debe equipararse a “abundancia”, tomado este ultimo vocablo en la acepción más amplia que nos permitamos admitir.
Por naturaleza estamos sumergidos, vivimos involucrados y unificados en y con la más genuina abundancia, en todos los aspectos. Abundancia de lo que el ser humano ha concebido pero también, abundancia de lo que el ser humano ha supuesto imposible. Incluso abundancia de todo lo que el ser humano aún no ha siquiera imaginado.
Sin embargo, aunque vivimos implicados y unificados con esa Totalidad y Abundancia, deben existir, necesariamente, esquemas esenciales para que nuestro cuerpo y entorno físico se sumerjan en la carencia, se desarmonicen, adquieran enfermedad, se hundan en la pobreza, en la angustia, en la decrepitud, en la infelicidad y hasta en la misma muerte.
Esos esquemas, entonces, deben provenir de una decisión estrictamente personal y absolutamente subjetiva de percibir ese Todo y de percibirnos a nosotros mismos -que somos, estamos y existimos en el mismo y único Todo- como carentes de algo.
Esto podría sonar absurdo, porque al Todo, EN EL CUAL SOMOS Y EXISTIMOS, no le puede faltar nada. Pero, si es una decisión personal, entonces es la mente individual la única capaz de tomar esas decisiones. Con esto no se intenta establecer que las carencias, las desarmonías, las pobrezas y las enfermedades sean ilusorias. No estoy hablando de alucinaciones, sino del hecho de que, aunque los citados problemas son perceptibles y aparentemente reales en el plano de nuestra decisión dentro de la percepción y de la manifestación física, son nuestros propios procesos, estructuras y decisiones mentales, (conscientes o inconscientes) los motivadores auténticos y fundamentales para que nuestra vida, en el plano físico, aparente presentar carencias, inconvenientes o problemas.
Los procesos, estructuras, “decisiones mentales” y el hecho de que formen parte intrínsecamente de la existencia, es el leit motiv del Desdoblamiento de los Tiempos[1]. La buena noticia es que nos encontramos en pleno Retorno a la Fuente. Decide!
Alicia Laura Rocca
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